HISTORIA ESCUELA ESPECIAL DE LENGUAJE ESPERANZA

En el año 2009, La señora Hilda Núñez Chavarría, una mujer visionaria y apasionada por la educación y el desarrollo infantil, fundó la escuela especial de lenguaje Bosque Mío. Esta institución nació con el firme propósito de atender a niños y niñas que presentan Trastornos Específicos del Lenguaje (TEL), brindando un entorno especializado y dedicado a su desarrollo integral.

Desde sus inicios, Bosque Mío se destacó por su compromiso con la educación inclusiva y de calidad. La escuela se convirtió rápidamente en un refugio para aquellos niños y niñas que enfrentaban dificultades en el manejo del lenguaje, ofreciendo no solo educación, sino también apoyo emocional y psicológico tanto a los estudiantes como a sus familias. La visión de su fundadora siempre fue clara; proporcionar a estos niños y niñas las herramientas necesarias para superar sus dificultades y alcanzar su máximo potencial.

Con el paso del tiempo, y en respuesta a las crecientes necesidades de la comunidad, Bosque Mío experimentó una transformación significativa. En 2015, la institución cambió su nombre a “Escuela de Lenguaje Esperanza”, reflejando una nueva etapa en su evolución y un renovado compromiso con la educación y la inclusión. Este cambio de nombre no solo simbolizó una nueva identidad, sino también una expansión en su misión y visión. La Escuela de Lenguaje Esperanza continuó su labor de atender a niños y niñas con Trastornos Específicos del Lenguaje, manteniendo su enfoque en proporcionar una educación especializada que fomente el desarrollo de habilidades lingüísticas en un entorno seguro y estimulante donde los estudiantes pueden explorar, aprender y crecer.

La metodología de enseñanza en la Escuela de Lenguaje Esperanza se basa en estrategias pedagógicas innovadoras y personalizadas, adaptadas a las necesidades individuales de cada estudiante. El equipo de profesionales, compuesto por educadoras diferenciales, fonoaudiólogas y asistentes de la educación, trabaja de manera colaborativa para diseñar programas educativos que aborden las dificultades específicas del lenguaje y promuevan el desarrollo integral de los alumnos.

La visión de la escuela especial de lenguaje esperanza no se limita únicamente al ámbito académico, también se ha enfocado en desarrollar programas extracurriculares que fomenten el desarrollo social y emocional de los estudiantes. Actividades artísticas, deportivas y recreativas son parte integral del currículo, proporcionando a los niños y niñas oportunidades para expresarse, interactuar y construir relaciones significativas.

Además de su impacto directo en los estudiantes, la Escuela ha jugado un papel crucial en la comunidad de Monte Águila. La institución ha sido un faro de esperanza y un motor de cambio, promoviendo la sensibilización sobre los Trastornos Específicos del Lenguaje y la importancia de la educación inclusiva.

La señora Hilda Núñez Chavarría, con su liderazgo y dedicación, ha sido el alma y corazón de este proyecto. Su visión ha trascendido las barreras del lenguaje, demostrando que, con amor, paciencia y compromiso, es posible transformar vidas. Su legado perdura en cada sonrisa, cada logro y cada paso adelante que dan los estudiantes de la Escuela de Lenguaje Esperanza. Hoy en día, la Escuela de Lenguaje Esperanza sigue siendo un pilar fundamental en Monte Águila, brindando educación y esperanza a aquellos que más lo necesitan. La institución continúa creciendo y adaptándose a los desafíos del presente, siempre con la misión de asegurar que cada niño y niña con Trastornos Específicos del Lenguaje tenga la oportunidad de alcanzar un futuro brillante y lleno de posibilidades; con la continuidad escolar otorgada en el COLEGIO ESPERANZA.

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